miércoles, 13 de febrero de 2008

Horizontes

Un paisaje tubular y una constante. Un dolor. Una especie latiendo dentro. Repugnancia, asco. Sensaciones encontradas al pasar. Miles y miles de segundos quemándose a cada instante; emprendiendo la retirada por el camino de ida, sin mirar atrás.
Huecos del tiempo que cobijan nuevos sueños. Una enfermedad que ronda nuestras cabezas, y se expande poco a poco. Mentes que disparan flashes al pasado y al futuro.
De esa fiebre tuve y tengo ganas. La mirada ajena y el sentido de los demás en compañía. La paz que vuelve después de la tormenta.
Sol que asoma y de a poco entibia los huesos.

Calma…

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